Sopa de cebolla francesa

2. Caramelizar la cebolla
En una olla grande y profunda, derrite la mantequilla junto con el aceite de oliva a fuego medio.

Añade las cebollas y una pizca de sal.

Cocina lentamente durante 25-30 minutos, removiendo cada pocos minutos, hasta que las cebollas estén tiernas, blandas y de un color dorado oscuro.

💡 Tip: No te apresures en este paso. La caramelización lenta es la clave para el sabor auténtico de esta sopa.

3. Espesar y aromatizar
Si deseas una sopa con un toque más cremoso, añade la harina y remueve bien durante 1 minuto para que pierda el sabor a crudo.

Incorpora el vino blanco y deja que hierva unos 2-3 minutos para que se evapore el alcohol.

Añade el caldo caliente, la hoja de laurel y el tomillo.

Salpimenta al gusto y cocina a fuego lento durante 15-20 minutos, dejando que los sabores se mezclen.

4. Preparar el pan
Mientras la sopa hierve, tuesta las rebanadas de pan en el horno o en una sartén, hasta que estén doradas y crujientes.

🔥 Esto evita que el pan se deshaga al colocarlo en la sopa.

5. Montaje final
Retira el laurel de la sopa.

Sirve la sopa caliente en cazuelas aptas para horno o cuencos resistentes al calor.

Coloca encima una o dos rebanadas de pan tostado y cubre generosamente con el queso rallado.

6. Gratinar
Lleva las cazuelas al horno, en modo gratinado, durante unos 5 minutos o hasta que el queso esté fundido, burbujeante y dorado.

🍽️ Presentación
Sirve inmediatamente, bien caliente, con un poco de tomillo fresco por encima para decorar.
Acompaña con una copa de vino blanco seco o un vino tinto ligero para resaltar los sabores franceses.

⭐ Consejos y Variaciones
Si prefieres una sopa más ligera, omite la harina.

Para una versión vegetariana, utiliza caldo de verduras.

Puedes usar queso mozzarella o cheddar, aunque el Gruyère aporta el auténtico sabor francés.

Guarda la sopa sin el pan ni el queso en el refrigerador hasta 3 días. Al servir, añade el pan y gratina.

🥄 Un Clásico Francés que Nunca Falla
La sopa de cebolla francesa es perfecta como entrante elegante para una cena especial o como plato principal en una comida reconfortante.
Su combinación de cebolla caramelizada, caldo sabroso, pan crujiente y queso gratinado hace que cada cucharada sea un deleite.

¿Listo para probar esta receta en casa? 🧅🥖🧀
¡Te aseguro que se convertirá en uno de tus platos favoritos en los días fríos!

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