El padre viudo que vendió todo para criar a sus hijas gemelas: seis años después, regresaron para llevarlo a un lugar que nunca soñó posible.

Las lágrimas corrieron por su rostro arrugado mientras las agarraba.

«Papá», murmuraron, «gracias. Por cada sacrificio… hoy volamos».

Todos en la terminal estaban profundamente conmovidos: un hombre humilde con sandalias desgastadas, acompañado arrogantemente por la pista por sus hijas. Más tarde, Lupita y Dalia anunciaron que le habían comprado una hermosa casa nueva. También crearon un fondo de becas en su honor para ayudar a jóvenes con grandes ambiciones, como ellas.

Aunque sus ojos se habían apagado con la edad, la sonrisa de Rodrigo brillaba más que nunca. Se irguió, contemplando a sus hijas con sus uniformes resplandecientes.

Su viaje se convirtió en una inspiración nacional. De un pobre obrero que remendaba ropa escolar bajo una tenue lámpara, crio hijas que surcaron los cielos. Y, al final, su amor lo llevó a lo alto… a los cielos que antes solo había imaginado.

Leave a Comment